A veces se habla indistintamente de los juegos del enemigo invisible y del amigo terrorífico. A diferencia de la versión clásica del juego, el amigo terrorífico tiene un trasfondo completamente diferente.
El juego del amigo invisible ha triunfado tanto en los Estados Unidos, que ahora ya no se celebra exclusivamente en navidad; se ha extendido a todo el año y se celebran intercambios de regalos en cualquier fiesta y en determinadas ocasiones, o incluso en semana santa. Una de estas ocasiones es ese momento estelar para cualquier aficionado al terror y para cualquier niño al que le gusten los dulces: Halloween.
El gusto por las calabazas, los esqueletos y los disfraces no pasa desapercibido en esta modalidad de amigo invisible. Para el juego del amigo terrorífico se suele decorar la estancia como en Halloween y, claro, los regalos del amigo invisible se eligen acordes a esto. Desde golosinas temáticas hasta cositas típicas de Halloween, pasando por disfraces o maquillaje terrorífico: en el amigo terrorífico todo es posible. Muchas veces se preparan también bromas y sorpresas. No te extrañes si al abrir un regalo te salta de pronto una araña de goma.
En vez del Papá Noel invisible, aquí es una calabaza invisible quien trae los regalos. El nombre es más bien humorístico y se debe a la cantidad de calabazas que adornan casi todas las casas estadounidenses. Aparecen puntualmente por Halloween, pero se suelen quedar más tiempo.
Igual que en otras fiestas del amigo invisible se cantan canciones y se recitan poesías, en el amigo terrorífico también, pero relacionadas con Halloween.
Toda esta dedicación tan intensiva con el tema de Halloween nos parece un poquito desmesurada, pero en EE UU es un día muy especial para niños y adultos y todos intentan superarse unos a otros con la decoración de las casas y con los disfraces. En Europa se está promocionando a lo grande y se materializa cada año el 31 de octubre cuando unos niños tocan a la puerta y gritan: «¡Truco o trato!». También se organizan cada año más fiestas de Halloween, a las que acuden cada vez más asistentes.